viernes, 22 de enero de 2016

Already Gone

                                     Already Gone - Sleeping At Last

 
 El corazón hecho añicos,
ante la soledad de las noches
ocupadas por letras.
Un paseo por un mundo imaginado,
un mar de posibilidades
a la orilla de una cueva
en la que la luz de un faro
dibujaba dos seres a solas.
La duda sobre su existencia
o el sueño nocturno del deseo hecho real.
La luz guardada bajo palabras de papel
incendiadas por la espera
que supone acaba hoy...


Estaciones de paso (día 2)


Día 2                                                                                            Sleeping at Last - Sun


El día se abre paso entre las rendijas dejadas abiertas la noche anterior para notar la vida antes de que se reinicie la propia, la mano alcanza el sonido suave del despertador que va aumentado poco a poco su volumen, pero antes de que eso ocurra la mano ya ha llegado a su destino.

Vuelta al silencio ensordecedor de la mañana fría de enero.

Un pie descalzo toca el frío suelo, sin alfombra. Otro intento de sentir vida por si al cuerpo se le olvida que ha de amanecer. Abriendo los ojos al espacio vacío que despierta nuestros sentidos lentamente.

El mar, a lo lejos, muestra toda su existencia. Llega el sonido de las olas rompiendo. Piensa en cuando todo ese mundo hacía despertar en su interior un deseo de vivir más y de acercarse más a las personas.

Ahora todo ha girado, dando un vuelco a la existencia que creía sencilla. El simple hecho de respirar se hace doloroso en el recuerdo de esa otra vida dejada atrás hace tan poco.

Se arropa como si de repente sintiera el frío del viento que se oye danzar afuera. Se abre camino entre las cosas dejadas sin orden la noche anterior. Prepara una taza de café para volver a la contemplación de los días luminosos de una ciudad que ya no reconoce como suya.

Perfilan la yema de los dedos la taza humeante mientras los pensamientos siguen volando hacia ese abrazo que desea pero que poco a poco va olvidando, notando el frío cada vez más aplastante de la soledad de ese cubículo en el que ha decidido seguir con su vida.

El recuerdo de esa extraña sensación que vive en los últimos días, esa presencia que nota en la estación solitaria a la que le gusta ir para encontrar paz en el bullicio de sonidos que la rodean cada vez que intenta dar el paso de salir a rodearse de gente. La deja de lado en un segundo porque no entra dentro de sus planes.

Deja la taza en la mesa de cristal y decide volver a la cama, hoy no intentará dar un paso lejos de la seguridad de las paredes que rodean su existencia.

Se duerme oyendo romper el mar a lo lejos.


miércoles, 20 de enero de 2016

Estaciones de paso

Enero                                                                                  Sleeping at Last – Atlas Moon


Estaciones de paso

La primera vez que rozamos siquiera la idea de vernos fue en un andén alejado del mundo.
En una prisión de soledad a la que habíamos llegado llevados por el intenso frío de la mañana.
No pertenecíamos siquiera al mismo mundo, simplemente todo sucedía justo al lado de nuestra existencia.
Nos movíamos por impulsos, sabiendo de la presencia del otro solo por esa sensación de no estar del todo solos a pesar de no tener prueba de haber dejado el estado habitual de nuestra vida.
Acumulábamos esa sensación de compañía en lugares sombríos y alejados del bullicio de la ciudad que nos rodeaba. Ésa que, a veces, llegaba a aplastarnos.
En uno de esos encuentros sin realmente encontrarnos, sentimos un escalofrío más fuerte, como si la piel llegara a tocar otra piel.
Ambos volvimos a nuestros caminos dispares. Olvidando en las horas de sueño cualquier recuerdo que permanecía en la mente. Rodeando de sueños y pesadillas todas esas anécdotas que nos hacían dudar de la realidad de las cosas.
Atravesábamos el mundo a paso acelerado sin realmente tener prisa por llegar porque no nos habíamos marcado, aún, un objetivo claro. Solo seguir hacia adelante, era el impulso primigenio. Seguir sin pensar siquiera hacia dónde nos estábamos encaminando, sin ardor ni alegría suficiente.
Abrimos un paso entre sueños, empecinados en soñar cada día con la misma sombra, la que nos acompañaba a los lugares sombríos de esa ciudad lejana a nosotros.
Los sueños se escondían tras otros, tras las pesadillas nocturnas que nos agotaban para empezar el día con sensación de letargo.
Afloraban lágrimas que no sabían su origen y se perdían en la blancura de la almohada, cayendo despacio como un río que fluye sin querer hacer demasiado ruido para que nadie pueda notarlo y así poder ser sin limitaciones humanas.

martes, 19 de enero de 2016

Solos


                                                                                           Light - Sleeping at Last    

 
Melodía que olvida los pasos a seguir
la caricia que seguía el ritmo del corazón
ralentizado en una parada más...
Lenguaje corporal que deja ver silencios
espacio no mediado entre cuerpos olvidados
en pasajes sombríos de la vida
que renace cada amanecer
en soledad o solos...